El presidente Mauricio Macri se quejó el martes pasado de que “nadie usa” el agua del Río Colorado. La afirmación causó sorpresa porque la provincia tiene regadíos en 25 de Mayo, Casa de Piedra y Gobernador Duval. Además, provee de agua con un acueducto a Santa Rosa y otras localidades del interior. También el gobernador Carlos Verna solicitó financiamiento para encarar proyectos de aproechamiento en Bajo de los Baguales y Planicie Curacó. Sí es cierto que la provincia concretó un porcentaje menor de lo proyectado en la cuenca.

El desconocimiento de Macri incluye además el aprovechamiento que hacen las otras cuatro provincias condómitas, Río Negro, Mendoza ,Buenos Aires y Neuquén. El martes pasado, durante una charla en la localidad chubutense de Gaiman con descendientes galeses, el presidente dijo que ese río “produce una de las mejores aguas dulce del mundo y nadie la usa, nadie la usa”.

El jefe de Estado se dirigió en automóvil hasta la casa de té“Ty Gwyn”, de esa localidad, a pocos metros del río Chubut. Allí, para sorpresa de los propietarios, el primer mandatario tomó el té y revolucionó el lugar. La visita a la casa de te duró aproximadamente una hora. Allí charló con María Elena Nazo y su hija Sonia Sánchez, entre otros.

Posteriormente, desde Casa Rosada distribuyeron fotos y un comunicado de prensa sobre el encuentro. En las últimas horas, también, un video en la cuenta oficial de Facebook de Presidencia. Allí, entre otros puntos, se puede observar al mandatario hablar con sus anfitriones de usar los recursos naturales para desarrollar el país.

En ese marco, se refirió al Colorado. “Lo del río Colorado es una locura, porque produce el agua dulce de las mejores calidades del mundo por el deshielo. Hace así, (graficó con una mano el curso del río) y se va al océano. Nadie la usa, nadie la usa”.

“Solamente un país como el nuestro tira los recursos al techo”, expresó. Dijo que podría utilizarse esa agua “para hacer todo tipo de frutas, para hacer vinos”.

Las declaraciones de Macri tienen un telón de fondo iquietante. El gobernador de Mendoza, un radical aliado al macrismo, Alfredo Cornejo, aguarda para mediados de este mes el llamado a licitación del dique Portezuelo del Viento, luego de que se haga efectivo el vencimiento de los plazos previstos del laudo presidencial en el marco de la autorización que la obra necesita por parte del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO).

Promediando el mes de octubre del año pasado, el gobernador Carlos Verna ya había admitido que al laudo presidencial por la represa hidroeléctrica en cuestión La Pampa lo tenía perdido. Sin embargo, a mediados de diciembre la Fundación Chadileuvú dio a conocer una resolución de la Procuración General de la Nación ante un amparo ambiental presentado ante la Corte Suprema de Justicia para frenar la construcción de la obra que pretende poner en marcha la provincia de Mendoza sobre el río Grande, principal afluente del río Colorado, sin haber cumplimentado el debido estudio de impacto ambiental que prevé la normativa vigente.

Concretamente lo que pidió la FuChad, a través de los artículos 41

 y 43

 de la Constitución Nacional

, es que se ordene la suspensión de la obra hasta que se realice el estudio en cuestión donde se contemplen los efectos que causará la represa sobre el resto de las provincias de la denominada “Cuenca del Colorado”.

La Procuración aceptó el pedido. Esa aprobación implica que ahora el planteo pase a manos de la Corte Suprema de Justicia. 

En el COIRCO cuatro de las cinco provincias integrantes del organismo responsable de la administración del Colorado (Buenos Aires, Mendoza, Neuquén y Río Negro) ya votaron a favor de la construcción de la presa, luego del rechazo de La Pampa, que obligó a la mediación presidencial tal como marca el estatuto del ente ante diferencias entre las partes.

Desde hace un par de meses y en silencio, Cornejo viene avanzando e instruyó al Ministerio de Infraestructura para que estructure el proceso de licitación que se lanzará casi en simultáneo con el anuncio de Macri para lanzar en 2018 el proceso de construcción que ya viene demorado desde hace más de una década.