Javier Milei eligió como contrincante directo entre los pocos opositores presentes en el recinto al diputado Facundo Manes, de la UCR. En un escandaloso episodio al final de la alocución, Santiago Caputo habría amenazado al legislador. Además, Manes aseguró que lo golpearon y su par de bloque, Pablo Juliano, presentó una denuncia ante la Policía Federal. Según muestran diversos fragmentos de video registrados en los pasillos exteriores al hemiciclo, el asesor se encaró con el radical y le dijo: “Ya vas a escuchar de mí”.

Poco antes, durante el discurso el presidente hizo un aparte para apuntar contra Manes. “Leela, te va a hacer bien. Vos que entendés cómo funciona el cerebro, no aprendiste nada”, dijo. El neurocirujano había exhibido en alto desde su banca un ejemplar de la Constitución, que también agitó en dirección a Caputo.

Después de una pausa y entre los aplausos de los propios, Milei volvió a dirigirse a Manes. “Quizás tu versión es con inteligencia artificial y cambia de libertaria a kirchnerista, como hiciste vos”, exclamó. Luego de otra ronda de vítores, el primer mandatario agregó: “Manes, te falta mucha teoría política. No podés confundir colectivistas con libertarios, por favor”. En la previa al inicio del discurso, el diputado radical había afirmado: “Milei es kirchnerismo de derecha”.

Pasado el tumulto, Manes afirmó que presentará una denuncia por lo que consideró una agresión. Al salir del Congreso, el diputado de Unión por la Patria Germán Martínez lo escoltó. Poco antes, el diputado del FIT Nicolás del Caño también había pedido explicaciones a Martín Menem, presidente de la Cámara Baja, que prometió requerir y aportar las cámaras de seguridad como material probatorio.

Hacia la medianoche, el legislador radical y compañero de bloque de Manes, Pablo Juliano, presentó una denuncia en la comisaría interna de la Cámara de Diputados por el incidente.

Seguridad del Congreso impidió el trabajo periodístico

Apenas finalizado el discurso de Javier Milei, en el segundo piso de los palcos de la sala de la Cámara Baja se desató otra escena escandalosa. Los periodistas parlamentarios fueron impedidos de movilizarse con libertad hacia la sala de prensa con el argumento de que podría formarse un cuello de botella entre la gran cantidad de militantes libertarios que llenaron las graderías y también intentaban bajar.

En un repudiable episodio, uno de los periodistas acreditados intentó traspasar la presencia de los efectivos de seguridad, que lo agredieron y empujaron.